Usuario invitado
22 de julio de 2024
El personal del hostal es encantador y me encanta su colaboración con la escuela de surf. También me gustó que tuvieran lavandería, espacio de coworking y cocina. La nevera está un poco llena, pero es un placer poder cocinar. Pedro es genial y muy servicial. Las habitaciones están bien, limpias y bastante básicas. Diría que no dormí muy bien aquí: mucha gente de fiesta hacía ruido en la calle y, aunque teníamos las ventanas cerradas, los oíamos. Además, oíamos las habitaciones de la gente abrirse y cerrarse a todas horas; justo cuando nos quedábamos dormidos, alguien abría la puerta. Además, las sábanas se nos salían constantemente, así que nos despertábamos con la funda del colchón en lugar de las sábanas, lo cual es un poco incómodo.
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