Usuario invitado
6 de diciembre de 2022
Encaramado en una calle de Cómpeta, con vistas al campo y con el fondo del mar, este hotel familiar ofrece habitaciones y bungalows cómodos, con una atención muy buena, que te hace sentir como en familia. Las habitaciones son amplias y cómodas, sencillas y con baños un poco anticuados, pero con todo lo necesario para estar cómodo. Sin olvidar el balcón. Y detalles como un libro de poemas, una postal, un marcalibros, etc. Como cosas mejorables, el agua está muy clorada y huele la piel tras lavarse, y buscar los canales de la TV es una tarea complicada. El desayuno es muy completo, tipo continental, servido en la cafetería. Disfrutamos también el restaurante, con menú bueno y muy abundante para la cena. Y los picnics que prepatan son baratos y buenos. Una opción estupenda de alojamiento en La Axarquía.