Hôtel du Ladhof

Llevo dos noches aquí y me quedan todavía tres. Dudo entre si me quedo a dormir en el coche o debajo del puente del río que hay al lado. La habitación es minúscula, microscópica y el baño solo apto si eres un micro-machine. La manta que tiene la cama está más tiesa que un cartón. Y polvo...más que en el desierto del Gobi. El desayuno!!! El desayuno es de chiste...aunque da ganas de llorar. Hablamos de 9,5€ por un cruasant (sólo uno por persona) un quesito (ni si quiera es del caserío) y media barra de pan en rebanadas. El café...comparado con todo lo demás es lo único que no de vergüenza ajena...bueno tampoco,.pero no horrible. El segundo día les pedimos cancelar el desayuno del resto de días y me dijeron que no devolvían el dinero, que con no bajar arreglado. El único motivo para parar aquí es que no te creas lo que estoy diciendo y quieras comprobarlo tú. No encuentras a nadie nunca en la recepción y si quieres que te limpien la habitación se lo tienes que decir tú, si no, ni se les pasa por la cabeza Ubicación cero Habitación cero Desayuno cero Caro carísimo Sucio sucísimo Vamos un acierto. Lo único a destacar es que el zagal de la recepción lleva unas botas de cowboy, de esas de "chúpate la punta" que le deben venir estrechas por el tobillo porque anda de una forma bastante rara. Un acierto de elección si no te quieres a ti mismo