Usuario invitado
31 de enero de 2023
Antigua casa señorial reconvertida en hotel, en pleno centro de Ciutadella. Hay aparcamiento gratuito a pocos metros, no es problema. Decoración mediterránea, con detalles muy bonitos, tiene elementos arquitectónicos originales, pero todo reformado con gusto, tiene un patio precioso. Reina el silencio y la paz, ideal para parejas y familias con hijos mayores. La limpieza muy buena, la atención también. En la nevera había una botella de agua de cortesía. Para mí el punto flaco fue el desayuno, había embutidos, fruta, algo de bollería, pan, yogur, cereales, todo en muy pequeñas cantidades, entiendo que éramos pocos clientes y el encargado va reponiendo, pero vuelve a poner una cantidad tan pequeña que se acaba enseguida. Para todo el comedor hay una planchita para tostar el pan, que solamente caben dos rebanadas, y tarda mucho, totalmente insuficiente para tostar el pan de unas 10 personas que estábamos en ese momento, te puedes esperar todo el desayuno para tostar una rebanada. Teniendo una mesa vacía al lado de los embutidos, estaría perfecto poner un par de tostadores. También me faltó que nos pusieran botecitos de champú el segundo día, sólo había dos, el primer día los gastamos y no los repusieron, no los pedimos porque nosotras teníamos, pero hubiera estado bien. Por lo demás todo muy bien, pero hay que mejorar el desayuno para estar a la altura del precio, no es una crítica, lo digo como sugerencia, aún así, sin duda volvería .