Tu alojamiento en Horubadhoo

Nuestra estancia en el Rotal Island Resort con el paquete todo incluido ha sido excepcional. Quería poner 6 estrellas, pero no he podido... Desde el primer momento nos han hecho sentir que estábamos en el paraíso, siempre sonriendo y estando atentos a cualquier petición. La atención de Minny ha sido increíble, cada día ocupándose de cómo estábamos, aconsejándonos y gestionando todas las dudas o necesidades. El servicio en general es inmejorable, desde Minny como asistente personal, Naseer en el restaurante nuestro camarero indispensable, Abu haciendo la tortilla al gusto cada mañana, Agus y todo el servicio del bar de la piscina, Nor haciendo que en nuestra habitación 179 no le faltara de nada, pero también todas las personas de recepción, del Dive Centre, y cualquier persona que nos cruzábamos siempre con la sonrisa y saludando deseándonos un buen día. En cuanto a actividades, hacer snorkel por la isla es espectacular, lleno de peces, corales y vimos incluso una manta, una tortuga y un tiburón; justo delante de la habitacion. Las excursiones son caras (creo que bajando el precio se tendria mucha mas demanda), pero Wanderlust vale la pena porque haces snorkel en una zona distinta de la isla, ves tortugas y visitas un banco de arena blanca que divide el mar. También hicimos pesca por la tarde y nos ayudaron a pescar peces y pudimos ver la puesta de sol. Los entretenimientos de la noche muy variados, destacando entre ellos la actuación del domingo 15 noche de un grupo en directo de 3 músicos, el que tocaba la guitarra fue un espectáculo. La comida es de Buffett (menos un día que podíamos ir al restaurante a la carta) pero de los mejores que he probado, alta calidad y variedad. Mención especial a los postres que son todos buenísimos. Las habitaciones no son nuevas pero están muy bien conservadas y muy limpias (2 veces al día), la ducha exterior una maravilla, y lo mejor la playa en frente con tus hamacas y toallas a punto. En resumen, es nuestra primera estancia en Maldivas y sólo podemos que felicitar al Royal Island Resort por hacer de estas vacaciones una experiencia única por su estancia de 10, paisage y su gente!

El agua de la isla es muy delicada y clara, porque el clima en la temporada de lluvias no es lo suficientemente bueno, ¡pero sí lo suficientemente encantador! Los camareros están muy entusiasmados y se saludan cuando se encuentran, pero el mayordomo generalmente es ineficaz. La privacidad de la habitación también es muy buena, el desayuno es muy rico, se recomienda tener comida tailandesa para cenar, el precio es más económico y exquisito que el buffet. El esnórquel es muy conveniente. Después de experimentar la casa de arena y la casa de agua, puede ir directamente al mar en el patio trasero de la casa de arena. Se recomienda vivir en la casa de arena si te gusta jugar en el agua. La casa del agua es muy cómoda y hay muchos peces debajo. ¡A los niños les encanta!

Our stay at Soneva Fushi was nothing short of perfection, a true celebration of luxury, privacy, and sustainability. From the moment we arrived, we felt deeply cared for and utterly pampered, making our 2-night stay an unforgettable experience. We were privileged to stay in the 2-Bedroom Crusoe Residence (Villa 24), a spacious and beautifully designed villa offering over 300 sqm of space. Surrounded by tall frangipani, the villa ensured ultimate privacy, with our own secluded strip of pristine beach. Most of the time, it felt like we had the entire beach to ourselves—truly a magical experience. The villa also featured its own private pool, an outdoor shower, and a sunken bathtub, offering a luxurious and serene retreat that perfectly complemented the natural beauty of the island. Our host, Shan, deserves special recognition for his exceptional care and warmth. From the moment we met, we felt a personal connection, and his attention to detail made our stay even more special. As we celebrated our anniversary and my wife’s birthday during this trip, Shan surprised us with a beautiful message drawn in the sand—a heartfelt and touching gesture that we will treasure forever. Any guest would be lucky to have Shan as their host, and we wish him all the best in his future endeavours. The island’s commitment to sustainability mirrors that of Soneva Jani, with nearly self-sufficient electricity and a deep focus on eco-friendly practices. This ethos seamlessly blends with their exceptional culinary experiences. At Shades of Green, we delighted in vegetarian dishes crafted from the resort’s fresh produce. Special thanks to Winni, whose skillful preparation and passion for the cuisine made the experience even more memorable. Out of the Blue was our go-to spot for refreshing cocktails while enjoying breathtaking sunsets over the Indian Ocean. Dining at Fresh in the Garden was an adventure in itself. The tree-top restaurant, accessible via a suspension bridge, offered a unique and thrilling approach. The food was exquisite, and the atmosphere unmatched. After dinner, we were thrilled to visit the island’s observatory, complete with its own telescope and an astronomer who was both knowledgeable and friendly, making stargazing a truly magical experience. Our journey to Soneva Fushi was as delightful as the stay. The 30-minute seaplane ride from Velana International Airport (MLE) to the resort offered mesmerizing views of coral reefs and lagoons. The experience began even before we arrived, with pampering at the Soneva lounge at the terminal, setting the tone for what was to come. We were greeted in our villa with a complimentary bottle of Leclerc Briant champagne, a thoughtful touch that perfectly aligned with the resort’s eco-friendly ethos. As enthusiasts of biodynamic champagne, this gesture resonated deeply with us, especially since we had the privilege of visiting this boutique champagne house in France. The Soneva Soul spa added an extra layer of re

We stayed at Madi Finolhu guesthouse for 4 nights in July 2022. When we arrived, we were welcomed by Marteen and Mamoon, who were both super friendly and did everything they could to make sure we were happy and comfortable. The room was very spacious, with a large big bed and lots of room to maneuver. We especially liked the shower, which was partially outside and provided really hot water continuously - really nice after long days of snorkeling or diving! Breakfast was serviced daily in Marteen's café, we really enjoyed the fact that he provided a local Maldivian breakfast each morning. The reef in front of the island is nice, with lots of fish and some patches of live corals. During our stay, I got my Advanced Padi Open Water license with Manta Tribe Maldives diving center, who were great and took us to some nice dive spots. All in all we had a pleasant stay at Madi Finolhi on Maalhos. Since the ferry was not running due to rough seas, the guesthouse provided private transport to our next island. Thank you Marteen and Mamoon for your kind service and attention during our stay!

Tuvimos una buena estancia en el hotel Kiha Beach. Lo mejor sin duda las responsables de recepción, Ana y Sara, que con mucha paciencia respondieron siempre con amabilidad a todas nuestras preguntas y nos ayudaron con los cambios de un vuelo y la reserva en otro hotel de Maldivas. Estuvimos en una habitación familiar confortable, con aire acondicionado, ventilador de techo, nevera y un amplio baño con ducha. No vimos mosquitos en la habitación. Las comidas del hotel fueron variadas, tipo buffet, aunque predominaban los platos locales que a veces no eran de nuestro gusto, en ocasiones muy picantes, con muy pocos platos occidentales. A destacar especialmente las cremas y sopas. No había casi fruta y como único dulce un bizcocho de distinto color cada día pero con el mismo sabor. El hotel tiene una pequeña piscina en la que apenas puedes nadar pero sirve para quitarte la sal del mar. La playa es bonita, tiene hamacas y vegetación hasta la misma orilla, aunque a mí mujer la picaron insectos la mañana que estuvo allí. El agua no es adecuada para gente que no practique snorkel, tiene muchos restos de coral y la parte arenosa apenas tiene 2-3 metros y es en pendiente. El snorkel es muy bonito, se ven muchas clases de peces de todos los tamaños en una plataforma superior, también vimos morenas, alguna tortuga y peces globo. Y abruptamente cae por un arrecife en el que puedes ver tiburones de arrecife y rayas, aunque el agua tiene mucho plancton y disminuye la visibilidad. El principal inconveniente son las excursiones. Nosotros habíamos ido con la esperanza de ver mantas en Hanifaru Bay, pensamos que era la época ideal y que se hacia una búsqueda activa de mantas como pasa en otras islas de Maldivas. Fuimos una semana incluyendo un día de luna llena, donde habíamos leído que era más fácil verlas. Sin embargo, solo hay excursiones para ver mantas en Hanifaru Bay, y esta zona es un parque natural controlado por rangers. Ellos vigilan si hay mantas y avisan a los hoteles. La presencia de mantas depende de muchos factores, como las corrientes de agua, la cantidad de plancton, si está en la superficie, de la fase *****, y de la suerte. Nosotros no la tuvimos y a pesar de estar 7 noches no pudimos disfrutar del espectáculo de las mantas en Hanifaru Bay. Si los rangers dicen que no hay mantas (o son muy pocas), se cancelan las excursiones a Hanifaru. Afortunadamente pudimos ver un grupo de 5 mantas en un punto de limpieza uno de los días, pero estaban a bastante profundidad y no subían apenas a la superficie. Otros centros de buceo de la isla ofrecen excursiones de snorkel similares a las del hotel. Quizá el buceo sea mejor. Las excursiones de snorkel con sandbank son bonitas, pero no difieren mucho del snorkel frente al hotel. En resumen, contentos con el hotel, pero no pudimos disfrutar de nuestro objetivo principal que era hacer snorkel con decenas de mantas en Hanifaru Bay. Quizá mala suerte, pero creo que estuvimos un tiempo suficiente para haber tenido

From June 27 to July 12… our first stay here and we are already thinking of booking again for February 2025 as we had such a perfect stay. The hotel very kindly arranged our internal flights from Male to Dharavandoo which we paid for about a week before our arrival. This is very useful because booking directly with Manta Air or one of the other operators costs significantly more. Once we arrived, a hotel staff member was at the local airport to greet us and take us on a short (five-minute) ride to the hotel by golf cart with our luggage. There are around 12 rooms which are all lovely - the beach rooms are a little simpler (but still perfectly acceptable), the luxury rooms are ideal and very well furnished. We had a beach room and our daughters the Deluxe room. Both had excellent air conditioning for very humid nights. The staff could not be faulted, as it is a small hotel, everyone was recognizable and extremely helpful in every sense of the word. The food was excellent, fish, pasta, chicken and much more. As there are only a limited number of people, the food is served directly or as a small buffet and was always hot as it was not left standing for hours as is often found. Prices were very reasonable if you ordered additional meals which were not part of your package and tea and coffee were free and soft drinks very reasonable. The dining and reception areas are perfectly clean and tidy. The bikini beach is about 20 meters from the rooms where there are sun loungers and towels or yoga mats are free from the hotel. In the garden you will find seating and tables for outside dining if you wish. Just ask and a table will be set for you and food will be brought to your table (no charge for eating out). There were rarely more than 10 people using the beach and deck chairs when we were there, so we had a lot of the beach to ourselves most of the time. The lagoon near the beach is shallow and suitable for children taking their first steps in snorkeling. Those with a little more experience can head to the reef just beyond the lagoon and see a much greater variety of fish and maybe even a passing turtle if you're lucky. If you don't have any equipment, just talk to the hotel. The LVIS Blancura is about a 4-5-minute walk along the beach to the harbor and the town itself, where you'll find a variety of shops from gift shops to a well-stocked supermarket and a pharmacy if you need one. you need. All of these products are very reasonably priced (around $1 for a chocolate bar if that helps). There is also a hospital on the island – but I hope it will not be necessary. There are about five or six cafés and restaurants (plus the guest houses and hotels where you can also eat). Overall we were delighted with our stay at the LVIS Blancura and have no hesitation in recommending them for singles, families or couples. As mentioned we will be booking again for 2025.