Hoteles en Cherokee con Gimnasio

This place SEEMED to have ok ratings, but apparently they have slipped . We made reservations the day of, early, so they had plenty of time to get our room right. When we got there, they did not have a room ready for us, which caused a scramble to find one, but, to be fair, they DID find a room that was empty- but only SEMI-CLEANED. There was only a cursory cleaning done on the room, and we ended up doing some of the cleaning ourselves. The overall feel of the motel is that it was nice at one time, but has been let go in the interest of making money. The hall carpets are stained, and dingy, the outside has been ignored a bit as well. The breakfast was ok, standard fare, and the breakfast lady was hustling to keep up with the demand. Front desk personnel were pretty mediocre, on check in, I inquired as to whether I could pay cash at check out, and was told yes- on checking out, I was told no, they never take cash. Pretty incompetent.

Muy limpios, los productos de baño son todos productos de la marca Neutrogena. Puede agregar una cuna de forma gratuita, pero se asigna por orden de llegada. No crea el dicho ”Ctrip dice que se han señalado las necesidades”. El desayuno es el tercero más antiguo en estilo continental, que no se puede decir que sea rico y delicioso, pero definitivamente está lleno. Hay algunos restaurantes de comida rápida cerca del hotel, hay un Walmart, que puede abastecerse de Jinshan.

My husband and I had a great stay at this Fairfield. It is a pretty good Fairfield if you are familiar with the brand. We were staying as part of a longer road trip and visit to Great Smoky Mountains NP. The hotel was super clean, and the workers were friendly. It is very close to the park, and it is close to the ****** with entertainment and restaurants.

Habitación: 2014 Fecha de entrada: 15/05/2023 Tarifa: A la entrada de esta pequeña ciudad, reserva india, jalonada de pequeños comercios orientados al turismo y de algunos hoteles de reconocidas marcas internacionales encontramos un enorme edificio de 20 alturas divido en dos torres y rodeado de jardines y parterres que crean en la parte baja enormes espacios -cubiertos- para ofrecer el servicio de aparcacoches y para la subida y bajada de viajeros. Altísimas cristaleras enmarcadas en aluminio dorado dejan ver el interior del un enorme hall de recepción. Dos puertas correderas, en las que destaca -y sorprende- una pegatina que indica 'prohibidas armas' nos dejan en un espacio de dimensiones descomunales. Suelo de mármol blanco, techos a 10 metros. A la derecha, allá al fondo, un mostrador para los empleados del parking, un Starbucks y una enorme chimenea de gas -encendida- con unos cuantos sofás para la tertulia. A la izquierda, allá al fondo, una bulliciosa barra de bar con enormes pantallas que emiten deportes. A su alrededor varias mesas para tomar algo. Enfrente, tras una amplia zona con sofás y una fuente con decoraciones vegetales encontramos el impresionante mostrador de recepción. Altísimo y anchísimo. En la parte de atrás hay un grandísimo mural con maderas y metal dorado. Sobre el mostrador se ofrecen algunas informaciones sobre el hotel en unas pantallas digitales. Detrás nos atiende un joven de rasgos indios, vestido con ropa quizá demasiado deportiva, que acaba siendo de Pontevedra. El proceso de registro es rápido y amable y nos pregunta por la ubicación y el estilo que preferimos para nuestra habitación. Nos explica la ubicación de las decenas de servicios que tiene el hotel (varios restaurantes, ******, piscina, bares...) y sus horarios y la manera de utilizar el wifi, que es gratuito, estable y veloz en todo el complejo. Hacia la derecha, y pasando junto al bar, nos dirigimos hacia los ascensores. Antes de ellos pasamos junto a un bullicioso restaurante. Un enorme distribuidor, decorado con algunos muebles y espejos nos deja ante seis enormes ascensores de puertas metálicas algo sucias. Dentro un enorme espacio con paredes y suelo -también sucio- oscuro que sube velozmente hasta la planta indicada, que va pasando en una pantalla digital. Las puertas se abren a otro recibidor enorme, con paredes blancas, armarios y espejos. A la derecha, tras unas puertas automáticas encontramos el pasillo al que se abren las habitaciones. Un pasillo ancho, enmoquetado en tonos salmón, paredes en tono verdoso y puerta en gris muy claro. Junto a las puertas hay pequeños carteles con el número de la habitación y el logotipo del hotel. Acercando la tarjeta a un lector situado en una moderna manivela metálica se abre la puerta. Se cierra con fuerza a nuestra paso. El espacio interior resulta igualmente grande, pero destaca un fuerte y molesto sonido de aire acondicionado que permanece encendido permanentemente sin posibilidad de apagarlo, resul