Usuario invitado
1 de noviembre de 2021
Este hotel se encuentra en Vilar de Nantes, localidad limítrofe con Chaves, a sólo tres kilómetros y medio del centro de Chaves. Cuenta con espacio para estacionar coches de forma gratuita. La habitación que nos dieron era amplísima, con un armario de gran capacidad, mesa con silla, televisión que tenía canales españoles y conexión wifi a internet. Estaba bastante limpia, las camas eran cómodas y el ambiente era muy tranquilo, sin apenas ruidos, lo que facilita el descanso. El baño también era muy amplio, tenía bidet y bañera con dispensador de jabón pero sin otros elementos, ni siquiera secador de pelo. Desde la habitación se accede a una terracita con un par de sillas, con la curiosidad de que esa terracita da a una huerta y la barandilla que la delimita no está cerrada y permite salir del hotel al exterior, ya que la habitación estaba al nivel de la calle. El desayuno era sencillo, con café o leche para echar cacao si se quiere, zumo de naranja y para comer un rico bizcocho casero, pan o croissant, con varias tarrinas de mermelada o mantequilla para untar. Realmente desyunamos más de lo que solemos hacer en casa, pero hay menos variedad que en otros hoteles. A pocos metros del hotel se encuentra un restaurante de nombre Cruzeiro, por si se necesita comer o cenar durante la estancia en el Encostas de Nantes. Pasamos una noche agradable en este hotel, descansando con tranquilidad y fue relativamente barato ya que nos cobraron 70 euros por una habitación triple en régimen de alojamiento y desayuno. Es una buena opción para personas con movilidad reducida porque tiene habitaciones en la planta baja. Como medida anti-COVID nos tomaron la temperatura al registrar nuestra llegada.