Fabio
27 de abril de 2024
Considerándolo todo, diría que es un buen hotel, habitaciones muy grandes y bien cuidadas. El desayuno es excelente en cuanto a lo salado, con una selección limitada pero de buena calidad para lo dulce. El hotel está en una posición absolutamente céntrica y tiene su propio garaje con tarifas competitivas con las de los alrededores (20 euros por día), pero hay que reservar el servicio con antelación, de lo contrario se corre el riesgo de no encontrar plaza.
Vayamos al punto delicado... no es posible regular adecuadamente la temperatura de la habitación y del baño, que son muy calurosas (unos 25 grados) en invierno y primavera (fuimos a finales de abril), Sólo puedes salvarte abriendo las ventanas, que sin embargo dan a una calle concurrida y ruidosa y ciertamente no puedes mantenerlas abiertas por la noche. Para colmo, el saco nórdico está disponible como sábanas/manta.... ¡Muy calentito!
Otro punto es que en la recepción no hablan ni una palabra de italiano, lo cual es muy extraño teniendo en cuenta que durante el fin de semana largo del 25 de abril en Liubliana ¡había más italianos que eslovenos!
Una última cosa... Encontrar comida local para comer es una tarea casi imposible, de tres lugares todos estaban llenos y requerían reserva, pero no por la mañana para la noche, ¡sino al menos dos o tres días antes!
Texto originalTraducción facilitada por Google