Usuario invitado
27 de noviembre de 2022
Pasamos un fin de semana en el hotel y nos sorprendió gratamente. Todo súper limpio y cuidado. El desayuno, muy completo y delicioso, con productos de calidad de la zona. La cena, de restaurante Michelín. Frank, el regente, es encantador y siempre está dispuesto a ayudar en todo. Un trato muy cercano y familiar. El pueblo, es un remanso de paz con murales decorando las fachadas de las casas que bien merecen un paseo por sus calles. Un buen lugar para combinar con actividades de turismo activo de lo que hay una gran oferta en la zona. Ha sido un fin de semana increíble. Repetiremos sin duda alguna.