Usuario invitado
1 de septiembre de 2022
Hemos pasado una noche en este hotel. Reservamos dos habitaciones y hemos debido tener mala suerte pues las dos eran interiores.Esto no sería importante si tuviesen algún tipo de ventilación pero daban a pasillos interiores cerrados. Una de ellas en planta baja olía muchísimo a humedad y las tenía. Sin ventilación alguna y para colmo con un ambientador muy potente que hacía una mezcla de olores muy desagradable. La campana de una de las iglesias cercanas parece estar en el propio dormitorio. Da campanada en las horas y las medias, no nos dejó descansar. El desayuno caro para lo que es, una tostada con fiambre envasado un café o colacao y el zumo de naranja de bote. El desayuno cuesta 5 euros p.p. Es una pena,porque es un lugar bonito pero no volveré. Para colmo tuve de acompañante una gran araña. Desde mi punto de vista debería tener la calificación de pensión.