Usuario invitado
12 de enero de 2023
Saludos de Jorge y Margarita desde España. Llegamos hasta allí el pasado mes de mayo, en base a la ubicación del hotel en medio de la selva y dispuestos a fotografiar naturaleza a lo grande. Y así fue.... La verdad es que disfrutamos del lugar y de la variedad de plantas, flores, pájaros, reptiles y una magnífica diversidad de insectos. Como resultado, nos hemos traído a casa un montón de fotos de nuestros "encuentros" y la vivencia de auténtica relajación y tranquilidad tras todo el tiempo perdido por la pandemia. Aunque para romper la paz y armonía del lugar, el último día de nuestra estancia tuvimos la ocasión de "bailar" al ritmo de un terremoto en la Península de Osa de magnitud 5.4 con el epicentro muy cercano al hotel. Fue una sorpresa añadida. Por descontado, no podemos dejar de mencionar y agradecer la continua atención recibida y la amabilidad en el trato por parte de todo el staff. Desde Lana, la dueña del establecimiento, hasta el último miembro del personal ofrecen un trato cordial y abierto que acaba de dar forma a una formidable colección de recuerdos del Luna Lodge. Un abrazo y nuestros mejores deseos para todos.