Hotel Águila Real

El hospedaje bien, sin grandes prestaciones, muebles algo anticuados, pero al respecto cumple lo que es para dormir. En cuanto a comida deja que mucho que desear en lo respecta a la cantidad. Las botellas de agua mineral les cuesta mucho dártelas fría, una de sus camareras además de embustera, antipática. Su dueño antipático y también embustero cuando le dijimos que la fabada estaba escasa de compango, contestación peregrina, para hacernos pasar por tontos y de mala manera. El desayuno escaso también. En lo que respecta a la cena 2 huevos fritos, con una loncha de jamón serrano, y patatas fritas, muy fuerte ofrecer esa comida para una cena. Por estos motivos, le pongo un 1, principalmente por ser tan ratas en las comidas y en servir las botellas de agua frías Aunque sea para un grupo numeroso y que esté ajustado el precio, creo que por poner un poco más de chorizo, salchichón, queso y jamón en el desayuno no se va a arruinar el dueño. En la comida mismo, la fabada muy escasa. Para comer y desayunar no lo recomiendo, solamente para el dormir y si son grupos numerosos todavía menos. Lamentable.

Sucio por dentro y por fuera, antiguo, descuidado, toallas pequeñas, lámparas rotas, pocos enchufes, se oyen todos los ruidos de las habitaciones contiguas...... Los productos del desayuno todos industriales.En fin para no volver. Éso sí, al lado del parking.

Nos recomendaron este hotel pero al llegar y verlo nos decepcionó. Solo cogimos alojamiento que es de lo que puedo dar opinión. Para mí debería de tener 1 estrella. Mobiliario en general viejo y con mucho uso ( cama, colchones, somieres de muelles, almohadas ). Limpieza no muy acusada y un olor ambiental un tanto desagradable como a madera vieja y ambiente mal ventilado. Por cercanía al pueblo genial, porque estaba a 5’ caminando pero lo que es la habitación fatal. Y no teníamos nevera que es algo que yo eché en falta .

Las habitaciones normales sin más pero la comida muy mal, comidas crudas y sin variedad, por no hablar del menú de celíacos que aseguran y que resulta ser inexistente por lo que van improvisando y nunca comes temprano siempre todo tarde y nada bueno. No lo recomiendo nada.

Fuímos a este hotel como única opción porque en el hotel que estábamos no tenían disponibilidad para una noche más. Sabíamos de sus pésimas referencias. La cama olía a rancio, sin a/a, las paredes arañadas, el colchón de los años 50, lo peor, la recepcionista llamada Amparo. Exigente, antipática exigiendo pagar la habitación casi antes de pisar el hotel.

Me parece deplorable la pésima atención al cliente que tienen, había realizado una reserva y llame por teléfono para confirmar que todo estuviese correcto, la atención por parte del señor que cogió el teléfono ha sido muy borde, lo cual me ha llevado a la decisión de cancelar la reserva pues si son así de bordes por teléfono no me quiero imaginar en persona. Han perdido un cliente.