Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel

El hotel está ubicado en un entorno y un edificio único, lo que hace muy especial la estancia. Pero además las habitaciones con muy acogedoras y el servicio de desayuno magnifico. Un 10.

El Canfranc Estación es un hotel que vale la pena visitar y conocer a fondo. Lo reune todo: Ambiente, situación, amabilidad del personal, posibilidad de pasear en su entorno, tranquilidad, muy buenas instalaciones.....

Pertecto todo, a mi mujer le encantó la estancia, el enclave y la atención de todo el personal del hotel. Un sueño que repetiremos

Excelente todo de principio a fin. Entrar en el hotel ya es una experiencia, su decoración y su historia. Personal muy amable y desayuno y cena de 10. Fin de semana increíble. Merece la pena visitarlo y perderse en el entorno que lo rodea. Volveremos.

El emplazamiento del hotel como el entorno y sus vistas son increíbles. Como también de su huella histórica y parte del patrimonio de nuestro país. Destacar muy positivamente el servicio del coctelería del hotel. Decepcionante en el trato al huésped. Es un hotel que reafirma la idea de hotel de paso. No recomendaría una estancia de más de una noche. No ir sin comprobar previamente la disponibilidad de sus vagones restaurantes de alta cocina si tu deseo es disfrutar el binomio "restauración-hotel". No se hace preferencia el trato al huésped sobre el cliente externo. Todo funciona con reservas y no se te asegura ningún servicio de este. Incluso el restaurante del hotel el "Internacional" con justa capacidad y horarios poco flexibles. Puedes quedarte sin comer o sin cenar. Toda una experiencia de caos en una noche de sábado. Al igual que la área Wellness que con su pequeña piscina deberás ser muy precavido de reservar con antelación si no quieres compartirla con 16 personas incluso ajenas al hotel. Con un precio extra de 20€ por persona/hora. La calidad de los acabados y el mantenimiento del mobiliario del hotel distan de ser un hotel "Luxury" como ellos abanderan. Por el parking te cobrarán 15€ noche por dejar el coche al raso. En resumen. Tras invertir más de 800€ en un fin de semana. La experiencia no dista demasiado de un hotel "saturado" con un gran trabajo de marketing, que su único deseo es sacarle la mayor rentabilidad económica a todas sus instalaciones. Dejando de lado la calidad del servicio y el cuidado a sus huéspedes. No esperes ni "luxury" ni despreocupación o confort. Ya que deberás estar alerta en todo momento de no perder el "tren".

El hotel en si está muy bien, sin embargo, en un hotel 5 estrellas, con esos precios por noche, se espera que sea top. Siendo muy buen hotel, los acabados no son de 5 estrellas. El personal lo mejor, Brenda la jefa de sala nocturna muy atenta también una compañera suya camarera del turno de noche que rondaría los 50 (perdón pero no recuero el nombre). El desayuno deja un poco que desear. Está un poco mal organizado el espacio, además la comida salada caliente, como huevos, salchichas, etc. se queda reseca y si llevan un rato hechas están tiesos. La carta del desayuno algo mejor pero sin mas, sobretodo por 25€. En general buen hotel, pero se nota que se dejaron el presupuesto en la restauración del edificio. La moqueta bastante fea. Localización top.

Una verdadera maravilla. No sé en otra época del año pero en otoño la visita al hotel y su entorno es insuperable.

Excelente decoración y ambiente. Gran servicio y amabilidad. El entorno es sin duda un motivo para volver