Usuario invitado
5 de febrero de 2024
Tomen asiento y disfruten de esta reseña, pues, nuestra experiencia ha sido inolvidable. Todo comenzó el sábado 4 de febrero de 2024. Mi familia y yo decidimos invertir en un fin de semana de relax, disfrute y creación de nuevos y bonitos recuerdos. El sábado, tras un bello paseo, nos disponemos a hacer el check in en el Design & Wine Hotel. Al llegar, la recepcionista de ese turno nos dice que no le ha llegado el comprobante de la transferencia que tuvimos que realizar para efectuar la reserva. (El día que se llama para hacer la reserva en el Hotel, nos informan de que no es necesario pagar nada por adelantado, sino que se paga todo al finalizar la estancia. Tras la realización de la misma, telefónicamente, nos llega un mail que nos obliga a realizar una transferencia bancaria con la finalidad de que se haga efectiva la reserva.) Le vuelvo a enviar el comprobante y, aunque no le llega al correo en el momento, seguimos con el Check-In. Nos entrega las tarjetas de las habitaciones y se dispone a acompañarnos. Yo, ilusionada, imaginándome mi tarde de relax en el jacuzzi del spa, tras pasar un buen rato en los chorros y terminando con una puesta de sol, desde mi habitación, en esa plataforma High Tec Giratoria viendo el río, siento que sueño despierta. Tanto es así, que casi paso desapercibida la experiencia polar en los pasillos que debo recorrer para llegar a mi destino. De pronto, escucho la voz de la recepcionista diciendo, "la plataforma no gira, está en mantenimiento". En ese momento, se me cayó un poquito la ilusión, pero tenía esperanza. Abro la habitación. Siento frío..., un frío de los que calan. Enciendo el aire caliente mientras exploro cada rincón del que será mi lugar de relax hasta el día siguiente. El váter parece que alguien lo rompió y lo encajaron en la pared como si de un lego se tratara, con una grieta fina como mi dedo pulgar rodeándolo. Paredes descascarilladas, vinilos despegados, el cristal de la ventana estropeado y lleno de manchas que dificultan el disfrute de las vistas. Y las vistas... mi bello río. Puedo ver un cacho en un lateral que está justo detrás de unos contenedores azules y un edificio, que como se puede intuir, no es transparente. Anonadada, de pronto me doy cuenta de que mi nariz se ha cerrado, y que al hablar parezco "Blas" de Barrio Sésamo. Esto se debe al olor a polvo quemado que ha salido del conducto de aire caliente. En ese momento, decido respirar profundo (cosa que se me complica) y acudir a recepción a explicar la situación. Me comunica que no hay más habitaciones disponibles, sin embargo, tras mi insistencia, me acompaña hasta la habitación. Veo a la mujer esnifando el aire de la habitación mientras camina por ella y me dice "pues yo no huelo nada, a lo mejor es usted". Me quedo en blanco. Tras irse de la habitación, decido apagar el aire para que no siga oliendo más y más. Tras ello, me voy hacia el spa que buena falta me hace. Llegamos al spa. Entro en la piscina. Está fría. Objetivamente fría. ¿E