Usuario invitado
31 de enero de 2023
Es un hostel administrado y atendido por sus propios dueños, que se esforzaron para que nuestra estadía sea la más linda posible. Fui con una amiga y no teníamos movilidad propia, así que pusieron a nuestra disposición dos bicicletas hermosas. El hostel es bellísimo, cada rincón tiene algo especial para ver... Dormimos muy bien y disfrutamos mucho el parque, leyendo bajo el tilo o tomando mate cerca de los manzanos. La cocina está súper equipada. Nada negativo para comentar, espero poder volver. Ah, tienen un perro que es lo más!