Usuario invitado
17 de julio de 2025
Una experiencia maravillosa en este hostal. Más que un alojamiento, se siente como llegar a casa. El ambiente es muy familiar, te reciben con los brazos abiertos y te hacen sentir parte de la familia desde el primer momento. Llegué con cierto temor, ya que me habían hablado mal de Cali, pero la dueña del hostal me dedicó más de una hora durante el check-in para explicarme con calma todo lo que necesitaba saber: los lugares imperdibles para visitar, las zonas por las que podía caminar con tranquilidad, y muchas recomendaciones locales que me transmitieron confianza y entusiasmo por la ciudad. Su amor por Cali se nota, y no se equivocaba: fue una experiencia inolvidable tanto en la ciudad como en este lugar tan especial. Siempre estaban dispuestos a resolver cualquier duda y darte la mejor recomendación con una sonrisa. El hostal estaba impecablemente limpio y cada rincón decorado con un gusto exquisito. El nombre no podría ser más acertado: al cruzar la puerta, sientes que entras a un jardín mágico.