Hotel Urbisol

Reservamos en este hotel por el buen aspecto de las habitaciones en las fotografías, aún sabiendo que las reseñas no eran demasiado positivas. Nos dieron la suite Hortènsia ( color lila ) y tengo que reconocer que es realmente espectacular, techos de madera, pared de piedra, bañera doble en la habitación, iluminación indirecta con tiras de luces led en suelo, de las mejores habitaciones donde hemos estado. No obstante, todo el conjunto hotelero falla en el mantenimiento y los detalles de calidad; en el lobby de recepción me chocó mucho encontrarme con cojines y sillas de cuero agujereadas y mesas de cristal sucias, así como mesas de cristal rotas en el jardín, en la habitación la cobertura wifi era pésima y la señal de televisión deficiente. Otro aspecto es la frialdad del servicio, al llegar sólo se limitaron a darnos las llaves y acompañarnos a la habitación, sin casi ninguna explicación. En resumen, se nota que en el hotel se hizo una gran inversión inicial, pero no sé le ha dado continuidad, la mejor opción es quedarse en la bonita habitación y salir poco de ella.

Están ubicados en un lugar de en sueño y se nota que en su día pusieron mucho cariño y atención al detalle. Sin embargo, ahora es un hotel que está dejado: - En el restaurante los manteles agujereados o cubiertos en mal estado. La mayoría de las copas estaban sucias o con marcas. - Los ventanales estaban sucios, no solo por la lluvias de estos días, sino que se nota dejadez. - El spa tenía las tumbonas llenas de óxido, estaba sucio, las rejillas rotas y con óxido, las duchas de sensaciones llenas de cal, baño de vapor estropeado, la sauna no funcionaba. - Los albornoces son ásperos y tienen marcas de lejía. Además, al ser un espacio limitado, cuando realizan bodas o eventos están en el mismo sitio que los huéspedes. Por tanto, si tienes intención de desconectar y te coincide una boda (como en nuestro caso) prepárate. Se escuchaba la música desde la habitación y el restaurante (eso si, a las 21h pararon la música). Además, no solo es la música sino lo que implica el barullo de personas festejando con alcohol de por medio. En nuestro caso tuvimos que vivir una pelea entre algún invitado y los dueños del hotel. Nada agradable! El hotel se hace llamar hotel gastronómico, pero la experiencia no lo vale. Buenas ideas, pero no comimos nada del otro mundo, sin duda nos sentimos un poco estafados con el precio ya que hemos ido a muchos restaurantes con calidad/precio mucho mejores. Por suerte el desayuno si que estuvo más que decente, muy bueno todo. A pesar de la seriedad y sequedad de la dueña, destacar el buen servicio del personal y la simpatía de la camarera italiana. También, al tener el spa coincidiendo con la hora de salida, nos han dejado alargar un poco el checkout para vestirnos en la habitación. En resumen, nos parece un precio desorbitado para la calidad que ofrecen a día de hoy. Una lastima porque fuimos con mucha ilusión y hemos salido decepcionados. Espero que empiecen a cuidar de nuevo un lugar tan mágico.

Hotel situado a las afueras de Calders en un entorno inmejorable. Tranquilidad, naturaleza y unas instalaciones que combinan perfectamente modernidad y tradición. Lo que primero nos sorprendió es el salón recepción, ubicado en una casa antigua pero de aspecto muy moderno. La segunda sorpresa fue la habitación donde nos ubicaron, perfecta. Con su propio jacuzzi redondo y con una decoración e instalaciones super modernas. No faltaba detalle. También pudimos disfrutar del pequeño Spa que dispone, que cumple sobradamente con la función de pasar un rato agradable y relajarse. El pack nos incluía cena y desayuno. Qué decir, platos típìcos de la cocina tradicional y casera, que estaban buenísimos. El servicio muy atento y amable, mención especial a la chica jóven de recepción que nos explicó todo y una camarera, que en todo momento se preocupó por que tuviéramos todo en órden. Sin duda, repetiremos.

Fuimos a celebrar nuestro aniversario. EXCELENTE ELECCIÓN! El restaurante muy bonito con vistas preciosas, primeros platos muy buenos, segundos también riquísimos. Lo mas impresionante fueron los postres, madre mia!! Vaya postres!! Os recomiendo que dejéis un hueco para el final ;) Volveremos con la familia.

Lo que más me gusta del restaurante es la carta tan amplia de platos y vinos que te ofrecen, tienes mucho para escoger y todo lo que hemos probado nos ha encantado. No puedo pues menos que recomendarles.

Siempre me han recomendado venir al restaurante, así que las expectativas eran altas y se han cumplido. Los platos eran tradicionales “cuina catalana” y a la vez distintos y originales, todo era muy sabroso.