Usuario invitado
31 de enero de 2023
Lo mejor de este lodge es el trato del dueño, que no vive ahí, pero con el que tuvimos la suerte de coincidir. Tanto él como su hijo, que administra el lugar, se preocupan por asegurarse de que los huéspedes estén a gusto. En nuestro caso, Steve nos ayudó más de una vez... recomendó y terminó reservando un tour y el papá nos solucionó un problema con celeridad, creatividad y buen humor... lo máximo. El área alrededor de los cuartos es visitada por ronsocos (capibaras, chigüiros), en la noche se sienten los monos por el techo, después de la lluvia puedes ver sapos de colores... en general la experiencia es inolvidable, tanto como las pizzas frente a la playa con un fondo de reggae en vivo... No hay nada mejor.