Usuario invitado
23 de febrero de 2024
Por las estrechas calles de Cádiz, en pleno centro, se encuentra este casón del siglo XIX que con mucho mimo y cariño se ha ido reconvirtiendo en un alojamiento con habitaciones y apartamentos luminosos donde nos encontramos muy a gusto pasando unos días en plenos carnavales. A pesar del bullicio de las fiestas, el apartamento era silencioso durante la noche. Muy buena relación calidad-precio. El alojamiento (tiene ascensor) está decorado con mucho gusto y es muy auténtico. Sus anfitriones, Guillermo y Zaida, te hacen sentirte en casa, y las personas que nos atendieron mañana y tarde son profesionales, muy amables y simpáticas. El apartamento en el que nos alojamos era muy luminoso, las camas súper cómodas, baño moderno con ducha y salón con una cocina muy completa. Nosotros desayunamos y comimos fuera, muy bien aconsejados por Guillermo (a sitios con las 'tres bes': bueno, bonito y barato). Repetiremos sin duda cuando volvamos a Cádiz porque este lugar tiene el encanto (y el mérito) que le da ser un muy cuidado negocio familiar.