Usuario invitado
13 de mayo de 2023
Las cabañas, aceptables, pero sometidas al ruido y trasiego de todos los que entran y salen del camping y mientras se registran y pagan, te dejan el motor encendido, literalmente, bajo la ventana. La atención mala y no te dan solución a ninguno de los problemas que plantea su mala gestión. Una sola llave para la cabaña, si te vas y te la llevas, dejas sin luz a quien se quede. El servicio de cafetería y restaurante, pésimo. En la terraza, tienes que servirte tú mismo la mesa y el trato es bastante desagradable. La situación del camping es algo alejada de la ciudad, aunque hay un autobús que cada media hora te lleva al mismo centro. No creo que volviera.