Usuario invitado
16 de diciembre de 2023
Es una auténtica casona de pueblo, restaurada y decorada con todo detalle pero sin caer en lo excesivo. La habitación familiar abuhardillada es realmente amplia, así como su baño. El desayuno es mitad a la carta (por ejemplo, los huevos, las tostadas saladas o las tostadas dulces), mitad buffet (frutas), para tratar de evitar el desperdicio de comida. Otros detalles ecosostenibles como la fuente de agua en la recepción, con vasos de cristal, para evitar el uso excesivo de plásticos o elementos no reciclables. Son pet-friendly, con otro detalle como las toallitas húmedas en la entrada para limpiar las patitas de nuestros amigos de cuatro patas. Disponen en un local separado de un garaje con una o dos plazas, dependiendo del tamaño del vehículo, con la posibilidad de carga eléctrica en caso de necesidad. Ubicación cerca del casco histórico de Briñas y del paseo por el río. Desde Briñas de puede hacer una caminata hasta Haro. No dispone de gimnasio ni de piscina (hay una zona de jacuzzi pero inutilizada ahora) pero está a cien metros escasos de la piscina municipal. Por último, la persona que regentaba la recepción en ese momento fue especialmente amable con nosotros, con recomendaciones de restaurantes donde comer o bodegas que visitar. Sobre esto último, ofrecen la opción de visitar gratuitamente alguna bodega de la zona, en Cuzcurrita o en Haro, pero conviene hacer la reserva con bastante antelación.