Mirandesa Guesthouse

No sabría por dónde empezar. Primero estuvimos esperando en la calle lloviendo y con las maletas 35 minutos, la puerta que da a la calle no corresponde en absoluto, es vieja, con papeles pegados viejos ... Parece abandonado. Cuando llegó la chica.... Me dejó sin palabras, entre que no hablaba castellano y su aspecto muy desaliñado y con temblores como si de dependencia se tratase. Una vez entramos en recepción, no encontraba mi reserva, luego nos explicó un poco todo, claro en portugués que entendí malamente. Ya subiendo al ascensor olía a cerrado, a viejo, a sucio... Una vez arriba en el pasillo, para encontrar nuestra habitación no tenía número, el juego de llaves tenia una foto, y tuvimos que buscar nuestra habitación con la foto. El baño cuando hice la reserva ponía que era privado, no que tenía que salir de mi habitación al pasillo común para acceder al baño. Baño el cual parecía de una cárcel, el extractor no paraba de sonar, la papelera del baño estaba oxidada y rota. La habitación un desastre, la ventana no ajustaba, la terraza era común con la habitación de al lado, la persiana rota, el mando de la televisión no funcionaba, las dos mantas que había rotas, como si se hubiesen recogido de la calle, le faltaba pintura, los cojines sucios, la cerradura como si fuese de castillo, tuvimos que poner una sudadera porque a través de la cerradura se veia el interior, un espejo colgado de la puerta que se cayó al cerrar la puerta, unas perchas haciendo de armario por llamarlo así. No se lo recomiendo a nadie por muy barato que sea, vale más pagar un poco más y estar en un sitio decente y limpio.

La ducha es portátil y el lavabo es mini, está todo en la misma habitación, no tiene intimidad, el aire acondicionado no funciona, el balcón es compartido y el vecino puede entrar a tu habitación ya que la persiana está rota y la puerta también... La cama no es nada cómoda, instalaciones muy viejas, lo barato sale caro, no cometáis el mismo error que nosotros.