Usuario invitado
12 de abril de 2022
Ya para llegar al hotel, nos llevamos una decepción muy grande al ver el edificio. Está situado en una especie de polígono, todo oscuro y sin un alma a la vista. Bajar unas escaleras estrechas para llegar a la recepción y luego volver a subirlas, mas otros dos o tres tramos, dependiendo de que piso te toque. La habitación estrecha, lúgubre y cutre. Menos mal que las camas no eran incomodas. El baño, con la ducha adosada a la pared en medio del lavabo y el bidet, con un desagüe en el suelo. En consecuencia, se moja todo cuando la usas, ya que no hay una cortina que separe la ducha del resto de sanitarios. Aunque al parecer, ese tipo de ducha debe ser común en la zona, ya que no es el primer hotel que nos hemos encontrado con esta característica. El desayuno, pobre y malo. La relación calidad - precio, es inexistente, ya que, a pesar de no ser caro, resulta de precio elevado para la poca calidad que ofrece. Afortunadamente solo fue una noche de estancia, ya que tuvimos que pernoctar en Bolonia, debido a que nuestro vuelo salía temprano a la mañana siguiente. En conclusión: hotel nada recomendable.