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26 de junio de 2025
Estancia absolutamente desastrosa: Fallos críticos de seguridad, problemas de comunicación y riesgos para la salud. ¡Evítelo a toda costa!
Mi experiencia en este establecimiento fue una auténtica pesadilla, marcada por flagrantes violaciones de seguridad, una absoluta incapacidad para comunicarme con el personal y alarmantes problemas de salud. Desde mi llegada, la barrera del idioma resultó insalvable; a pesar de ser un hotel con presencia internacional, algunos miembros del personal entendían alemán y, sorprendentemente, muchos empleados carecían incluso de un nivel básico de inglés, lo que convertía peticiones sencillas como pedir indicaciones o informar de algún problema en una frustración inútil, a menudo reducida a gestos desesperados o aplicaciones móviles de traducción solo para obtener artículos esenciales como toallas o agua, un estándar completamente inaceptable para cualquier servicio de hostelería que se precie de competente.
Este colapso de la comunicación palideció en comparación con la terrible brecha de seguridad que ocurrió durante mi estancia: una noche, un individuo llamó a mi puerta diciendo ser "Servicio del Hotel" en un inglés deficiente, y antes de que pudiera verificar su identidad o propósito, este impostor me empujó a la fuerza para entrar en mi habitación. Claramente, no era un empleado legítimo, a juzgar por su comportamiento sospechoso y la falta de uniforme adecuado. Inspeccionó agresivamente mi espacio personal sin autorización mientras murmuraba incoherencias, lo que me obligó a gritarle y empujarlo fuera del área privada por la que pagué. Un incidente invasivo y traumático que expuso la profunda negligencia del hotel en la seguridad de los huéspedes. La recepción solo ofreció respuestas despectivas e inadecuadas, obstaculizadas aún más por la misma incompetencia lingüística que me impidió transmitir eficazmente la gravedad de esta violación.
Además, el servicio de comedor del hotel representaba un riesgo directo para la salud. Tras desayunar en su restaurante cada mañana, sufría persistentes dolores de estómago y malestar digestivo, síntomas compatibles con una intoxicación alimentaria, que sugerían claramente una manipulación inadecuada de los alimentos, una preparación poco higiénica o ingredientes contaminados en el bufé. Esto transformó lo que debería haber sido un comienzo agradable del día en molestias físicas recurrentes que arruinaron mi viaje.
En resumen: comunicación nula (el alemán era imposible, el inglés a menudo inútil), fallos de seguridad que ponían en peligro mi vida (intrusos que accedían a las habitaciones) y normas de seguridad alimentaria peligrosas (enfermedades recurrentes después del desayuno)**. Este hotel incumple radicalmente sus obligaciones fundamentales de seguridad, servicio e higiene. No puedo exagerar el riesgo: no se alojen aquí.
Texto originalTraducción facilitada por Google