Usuario invitado
3 de enero de 2024
El hotel Mont Park de 3 estrellas y 7 plantas en Benidorm está situado al final de la Playa de Levante, en la zona del Rincón de Loix. Para llegar al edificio hay que superar una pequeña cuesta de unos 200 metros, que supone un esfuerzo para las personas mayores o con problemas de movilidad. La distancia a la playa es de unos 350 metros. Los servicios e instalaciones del hotel son los adecuados a su categoría, es decir, no tiene lujos como gimnasio o piscina y jacuzzi climatizados, pero si salón de juegos, de baile, cafetería y piscina de verano. Dispone de solo un ascensor para los clientes y otro estrecho para el personal, lo cual provoca quejas de esperas, si bien es verdad que hay clientes con espíritu poco deportivo que necesitan tomarlo para bajar una o dos plantas. Las habitaciones son normales, pero la televisión plana en la pared es demasiado pequeña, cuesta leer desde la cama los subtítulos o la programación. El bufet no es amplio, pero la comida está sabrosa, destacando sobre todo las paellas y los consomés y cremas, por lo tanto, felicito al equipo de cocina porque con poco presupuesto hacen maravillas. En las comidas extra de Nochebuena, Navidad y Nochevieja, el régimen de pensión completa solo incluía el agua y vino, faltando el detalle de incluir la cerveza o refrescos. Mi mujer tiene un problema de intolerancias alimentarias que le limita muchísimo en las comidas, por lo cual al llegar se lo expusimos al maitre José Luis y a su auxiliar Yensi, los cuales se involucraron para hacer más agradable nuestra estancia. Queremos agradecer la empatía y profesionalidad demostrada por ambos, así como a Julián de Recepción por su disposición con los clientes. Respecto a la animación nocturna era algo flojita, su bien, eso depende de las expectativas de cada uno. En definitiva, es un hotel funcional, sin lujos, donde destaca la valía y simpatía del personal.