Usuario invitado
31 de enero de 2023
Es un lugar para descansar, bonitos parajes, el hotel está inmerso en la villa, que es un pequeño villorrio donde hay desde posta de salud hasta taller mecánico, posee un museo, aunque toda la villa incluyendo el hotel son un museo de la vida colonial campesina de hace 40 años atrás. Se nota la calidad antigua del hotel, con mármol y decoración de antaño ahora anticuada (hay que entender y valorar eso), el restaurante con comida típica alemana, se nota que los productos son de elaboración propia (se nota la esencia de "colonia" aislada de la "civilización", por eso la auto abastecimiento), los precios no nos parecieron caros (8 a 12 mil por plato). Es para estar de 2 a 3 días, no más, el que quiera un Fantacilandia, no venga, es más que nada un destino de gustó especial para quien quiera saber sobre cómo es vivir en una colonia alemana con mucha antigüedad y también con cierta siniestridad y prejuicio que los nuevos colonos quieren erradicar.