Miraolas

Falta total de consideración hacia los huéspedes, incumpliendo tanto con la publicidad como los mínimos requerimientos de hospitalidad que debe tener un hotel. Aunque parezca increíble, se negaron a vender agua embotellada, aduciendo que el establecimiento no disponía de la misma, y recomendando que se bebiera del grifo del baño. Para dejar claro el despropósito de la actuación, la negativa no fue a no "regalar" el agua embotellada, sino a no "venderla". Teniendo en cuenta que en la actualidad está funcionando en el hotel tanto una cafetería, como un restaurante y se sirven desayunos, ni la explicación ni la falta de diligencia en conseguir una simple botella de agua, parece justificable. Y todo ello, dejando pasar durante nuestra estancia, que, ni el momento de tramitar la reserva, ni en los días previos a reclamar el pago anticipado de la misma, se nos avisó que el ruido que se soportaría en las habitaciones sería descomunal al tener instalado a escasos metros de las ventanas un escenario con música hasta las 4 a.m. impidiendo el necesarios descanso.

Por el precio esperabamos otra cosa. Habitaciòn y era Superior muy basica y pequeña. Muebles tipo ikea cajones de mesilla. Sin nevera. Ducha complicada si te descuidas te duchas con el plato de ducha grande mojandote la cabeza.. La habitaciòn incluia desayuno y este ya lo tienes en la mesa solo te sirven el cafe. Solo bollerìa y 3 piezas de fruta. Desayuno caro para lo q ofrecen. Cerca del centro y playa de Puerto Rico. No dispone de aire acondicionado. Si tiene radiadores. Tiene parking 15€ dia. Se puede encontrar a veces delante del hotel y alrededores.

El hotel está en una ubicación muy buena para llegar caminando a todos lados. Son muy cordiales, tanto los conserjes como el personal que servía el desayuno, siempre dispuestos a dar recomendaciones del lugar. El desayuno exquisito y super abundante. Habitaciones correctas. Un poco difícil estacionar por la zona. En el hotel se puede reservar con costo.

Hotel con mala relación calidad precio, habitaciones pequeñas y muy ruidosas al no tener aire acondicionado y tener que dormir con las ventanas abiertas. Las vistas al mar inexistentes al menos en la primera planta, al tener un edificio portuario justo enfrente.

La ubicación es perfecta, cerca del centro pero en lugar tranquilo. Próximo a las playa de Toro y Puerto Chico, muy buenas las dos. La atención del hotel es inmejorable, Pepe nos buscó soluciones a las situaciones que fueron surgiendo. La limpieza bastante buena y la habitación muy grande, ideal para tres o cuatro personas porque tenía además dos baños independientes. Totalmente recomendable.

La habitación era muy pequeñita, pero a pesar de ello resultaba cómoda. El baño estupendo. Las vistas inmejorables: al puerto. Muy cerca del centro, de la playa y de todo en general. El personal muy atento y amable.