Tu alojamiento en Baltimore

La ubicación geográfica y el paisaje de 5 estrellas, las pequeñas instalaciones del hotel no son suficientes, pero el diseño de la decoración es de 4 estrellas, el servicio está encantado, y es que la recepción de la noche puede no darles un coche, un poco de 3 estrellas negras

La ubicación del hotel es muy buena, justo en el muelle interior de Baltimore, rodeado de hoteles de alta gama y edificios de oficinas, y puede disfrutar del hermoso paisaje del muelle. A 10 minutos a pie a lo largo del muelle se encuentra el famoso restaurante Philip, donde se puede comer el cangrejo azul más delicioso de Maryland. Durante la epidemia del hotel, el restaurante del hotel no abrirá y podrá comprar comida en el mercado.

La experiencia fue única y muy excelente en todos los sentidos. ¡Nos congratulamos continuamente durante la estancia de la persona que abrió la puerta del coche y nos saludaron por nombre a los concierges muy conscientes, el personal de servicio de habitaciones, el personal de cocina, el campanario, el conductor, Lottie Dottie y TODOS! El hotel estaba muy limpio y hermosamente decorado con fotos, libros, muebles, plantas y artefactos que contaron la historia del hotel. El hotel cuenta con una habitación muy confortable con cama de canoa y un baño privado, espacioso y actualizado. El hotel está muy bien situado en el centro de la ciudad, y el hotel está muy cerca de la ciudad. Y, por último, déjeme alabarme por las selecciones de alimentos que nos ofrecieron en el tiempo de teatro y el desayuno. ¡Jamón hecho en casa, mantequilla de mantequilla, moffeines, flapjacks de ave, salsa de pollo, huevos, y más! ¡Esto fue un buen camino! Y, sí, lo haríamos todo de nuevo!

La ubicación del hotel está cerca del paseo marítimo, que es conveniente para salir a cenar y hacer turismo. El diseño interior también es muy distintivo, ¡y se recomienda en muchos hoteles del distrito central de negocios!

Era conveniente y estaba cerca de la casa de mis hermanas, a quienes estaba visitando. La recepción fue muy útil, y cuando la cerradura de mi puerta se apagó y no pude usar mi llave, solucionaron el problema y me dieron servicio de estacionamiento gratuito. Volvería a empezar allí en cualquier momento. ¡¡Gracias por una gran experiencia !!

La actitud del servicio es mala

Ah, Baltimore, a city of rich history and eclectic charm. My wife and I recently had the pleasure of a stay at the Hotel Ulysses, a luxurious retreat nestled in the heart of this vibrant city. True to the reputation of the New York-based design firm, Ash, the Ulysses is nothing short of an architectural marvel. The first thing that catches your eye? The hotel's impeccable aesthetic. It's a masterful blend of old-world charm and modern design, encapsulating the very essence of Baltimore's diverse character. While the rooms might have been a tad on the cozier side, they more than made up for it with their plush comfort and attention to detail. The Ulysses truly exemplifies the notion that beauty lies in the details, and the meticulousness with which they've curated every aspect of the guest experience speaks volumes. The 19th-century charm of the Mount Vernon neighborhood is beautifully echoed within the Ulysses. The delicate stained-glass skylight, the ornate crown molding, and the preserved brass postal box serve as a testament to the building's rich history. But it's not all vintage here. The interiors seamlessly transition from the ornate influences of the Art Nouveau era to a more streamlined approach, evident in the hickory wood furniture adorned with Ash’s custom textiles. And oh, those hand-beaded lampshades and embroidered quilts! They added the perfect splash of color and quirk. A special shout-out to the carved flamingos that support the bedside tables, a delightful nod to Baltimore's own John Waters and his ”Pink Flamingos.” It's this mix of opulence and eccentricity that makes the Ulysses stand out. Booking through Trip.com was a new experience for us. A bit unconventional, sure, but it came through in the clutch. The $35 ”destination fee” threw us for a loop initially, but the $20 credit we received towards our bill at the hotel restaurant (Ash Bar) or the bar (Blooms) made it all worth it. Speaking of Blooms, what an experience! The mirrored ceiling, the crimson banquettes, and the purple stools set the stage for a night to remember. In a nutshell? The Hotel Ulysses is a triumph, an ode to Baltimore's multifaceted spirit. Whether you're here for the history, the design, or the sheer experience, the Ulysses promises and delivers. Highly recommended! 🌟🌟🌟🌟🌟

El servicio no es malo, la recepción es muy acogedora, déjeles que reenvíen el correo electrónico y el correo electrónico, muy buen servicio. El entorno es un poco peor, la carretera está a un lado y la ubicación no es muy buena.

El hotel era agradable, pero no nos informó bien al comprobar los costes adicionales.