Schwarzwaldhotel Sonne

En nuestra ruta por la Selva Negra nos alojamos una noche en este hotel, ya que Baden Baden fue uno de nuestros destinos. El hotel está a las afueras de la ciudad, unos diez minutos en coche. En una casa centenaria con arquitectura y decoración típica de la zona. Tiene zona de aparcamiento gratuita. Por dentro es muy acogedora, con relojes de cuco y muebles antiguos. El señor que nos atendió fue súper amable y educado, nos encantó su atención. Lo único que el hotel no cuenta con ascensor. Nos asignaron una habitación con terraza por donde discurría el río, lo cual era muy agradable. La habitación espaciosa, sin ser enorme, camas cómodas, escritorio con folletos con información de la zona y como cortesía nos dejaron en un platito una manzana, una galleta y un croissant, así como agua. El baño limpio y correcto. La sala donde desayunamos me pareció muy bonita, desayuno completo con opciones dulces y saladas. El dueño estaba por allí y nos preguntó si todo estaba bien. En la zona del descansillo de la escalera, de donde partía el pasillo hacia las habitaciones me llamó la atención como la habían utilizado como un espacio de juego para los niños, con juguetes, cuentos y mobiliario adaptado. En general, nos gustó mucho, de todos los hoteles en los que nos alojamos en la ruta fue el que más encanto tenía y la atención fue excelente.