Pancho Villas Bacalar

El hotel no es lo que promocionan, no son explícitos para proporcionar información en la reserva. Tienes que cruzar la calle para ir a una zona de cuartos que tiene un acceso a la laguna.

Miles de moscas en el restaurante y saturación por falta de personal al momento del desayuno. Las habitaciones están bien para pasar la noche y estar todo el día afuera. Lo digo principalmente porque las camas me parecieron muy duras e incómodas (quede con la espalda molida). La habitación que me tocó tenía aire acondicionado y abanico. La regadera tapada, salía muy poquito. Y se fue el agua como una hora. Lo bueno es que si salía bastante caliente. Cuenta con una Tv pequeña y apps como Netflix, Prime y Disney. La alberca, el restaurante y el acceso a la Laguna se encuentran cruzando la calle a 2 min en el hotel XO. La alberca es como de 6 x 4 m. Muy pequeña realmente caben unas 5 personas Máximo y solo cuentan con 3 camastros, es realmente pequeña esta área. El acceso a la Laguna no es accesible, y menos con niños. Hay rocas. No hay zona para asolearse más que la que ya he mencionado de la alberca. En cuanto al restaurante, bastante mal el servicio tardaron cerca de 40 min y mejor decidimos cancelar un coktel de camarón porque porque paso más de una hora y no llegaba. En el desayuno llenísimo y no era suficiente para todos así que había que esperar bastante para que trajeran la fruta, el huevo, el café etc y el jugo se terminaba cada día y ya no daban más. Las moscas eran insoportables no podía darle un bocado a mi platillo porque estaban encima de mi plato como 8, me la pasé espantando moscas con cada bocado que daba. Terrible en verdad, no exagero. Los precios bastante altos a mi parecer para el lugar y la atención. No correspondía, calidad/precio. Casi todos los platillos arriba de 200 excepto las papas a la francesa que están en $60. Una cerveza de pequeñitas $45 (las de ampoyeta que les llaman) una de tamaño normal en $70 pesos MXP En fin, no regresaré y lo pongo a consideración como un lugar para pasar la noche sin grandes expectativas ni de atención ni de lujos o calidad.