Usuario invitado
3 de abril de 2022
Vinimos en pareja para desconectar de la ciudad y del día a día. Mi marido reservó una habitación estándar en Diciembre para Abril (4 meses de antelación) por 207€ Una barbaridad, pero viendo las fotos y la descripción te esperas lujo y perfección para un finde ideal en pareja. Pues bien, aquí el listado de sorpresas: - Nos recibe una chica súper fría y antipática en recepción que, sin a penas mirarnos a los ojos, lo primero que hace es cobrarnos por adelantado la estancia alegando ‘cambios de ley’. Como no lo entendemos, nos intenta ‘ilustrar como en el colegio, (esas fueron sus palabras) con un ejemplo que seguimos sin entender. En fin, el resto del check in bastante mal, le tenemos que sacar nosotros la información sobre desayuno, spa, wifi… - La habitación muy mona, pero el baño nada que ver con las fotos. Enano, plato de ducha roto, alcacjofa vieja y sucia… Los dos apenas cabíamos en el baño a la vez. Después de pagar 207€ te esperas un súper baño, pero no … - Vamos al spa, la piscina bien pero la sauna no funciona. No había personal para poder avisar. Así que nos quedamos a medias. Los masajes ni los probamos después de ver la carta de precios y la decepción por el spa - Precios de la cena desorbitados, pero es algo generalizado en todas las masías de la zona. Pero la sorpresa llega en el desayuno cuando te cobran 3€ por huevos o tortillas teniendo ellos un gallinero y huerto ecológico (recuerdo de nuevo los 207€ pagados x la estancia!). En el check out lo comentamos con la directora que se mostró comprensiva, amable y nos explicó el tema del pago anticipado. Pero vamos, ya demasiado tarde para corregir la situación. Y como remate final, resulta que las habitaciones de nuestro tipo las tienen a 140€ , por lo que hemos pagado un sobre precio por un spa que no funcionaba, un baño de motel y un trato en recepción muy reprochable. Esta ha sido nuestra experiencia. Espero que sirva para otras personas que estén valorando esta alternativa.