Usuario invitado
31 de enero de 2023
Esperé unos días antes de escribir una reseña porque, en el calor del momento, ¡¡¡habría sido demasiado "malo"!!! Además de los 70 escalones infinitos y las indicaciones prácticamente ausentes, la estructura merece una gestión diferente, con más "pasión" precisamente porque es sólo eso, la "pasión", la que debe ser el motor del hotelero. Es lo que te permite, cada día, autoevaluarte y ponerte siempre en el lugar del cliente, para ver qué no funciona y qué le gustaría al cliente si fuera necesario!! Me refiero al baño, la ducha, las señales de goteras en la pared, la falta de toldos en las ventanas, el desayuno televisivo. En mi opinión, ya pasó la época en la que sólo nos dirigíamos a los extranjeros y ellos estaban satisfechos con un techo sobre sus cabezas y una sonrisa.
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