Moona Hostal Altea

Que lugar tan agradable, tan limpio, tan ordenado, tan bien ubicado, tan generosos con todo lo que disponen en el piso, que desde que entras al edificio los buenos aromas te dan la bienvenida. Te envían una clave para entrar y otra para abrir una caja dentro del hotel con la llave. El parqueadero está a dos calles del hotel y es gratuito, la playa para caminar por la orilla está a una calle y la zona de restaurantes, café, bares y tiendas está a unas ocho calles pero de subida, las cuales lo ameritan por lo hermoso que encuentras al subir. No me gustó el ruido que se siente en la habitación de la calle, pero la buena atención y servicio de quienes lo administran fue como un bálsamo de dicha situación.

Estuvimos un fin de semana completo. Habitación limpia y perfectamente ordenada, con aire acondicionado. Baño completo formado por lavabo con espejo enorme, secador de pelo, inodoro y ducha con mampara (mucho más higiénico que la típica cortina de ducha) en la que había no sólo jabón de manos sino también gel de ducha y champú incluídos. En la encimera dispuesta en la zona de cocina de la habitación podías encontrar servicio completo para dos personas de cubertería, vajilla y cristalería, nevera llena con fruta y diversos amenities para el desayuno (leche, mantequilla, mermelada, tomate rallado en porciones individuales, aceite, incluso dosis de cacao en polvo y cápsulas para máquina Nespresso). Contaba también con tostador, microondas y kettle. Cama doble HIPERCÓMODA. Habitación perfectamente aprovechada en cada uno de sus rincones. Contaba incluso con dos sillas y mesa para poder tomar un aperitivo o desayuno en la propia habitación. Algo que NO hicimos puesto que cuenta con una terraza en la azotea FANTÁSTICA para desayunar por las mañanas viendo el mar o para cenar a la luz de las estrellas. Volveremos, sin duda alguna.