Rebeca G
30 de septiembre de 2024
Lo que más impresiona del hotel es la zona de la piscina y el mar. Desde la piscina, bajando unas escaleras, llegar a la arena (mejor dicho, piedras) del mar y en 3 pasos al agua. El comedor muy moderno, pero el bufé tanto de la cena y de la comida poco variado y no muy bueno. El desayuno bastante bien y los camareros, algunos no todos, gritaban cosas como “tú a qué hora sales”, “yo vengo esta noche” etc. Las habitaciones es lo peor. Nos alojamos en una habitación vista al mar de frente y el olor a desagüe era horrible. Aunque está reformado, hay cosas como el baño que deja mucho que desear. La bañera es muy alta, con lo que si tienes dificultades, como es mi caso, cuesta entrar. Las mamparas sucias y los grifos con mucha cal. Si encendíamos el aire acondicionado comenzaba a salir un olor nauseabundo, así que lo tuvimos que apagar y dormir con el balcón abierto. Los muebles de la terraza, las sillas sobretodo, sucísimas. La verdad es que la limpieza deja mucho que desear. Lo mejor el sonido de las olas del mar mientras duermes.