Usuario invitado
31 de enero de 2023
Todo lo que he de decir de este sitio ,es que es el paraíso...un remanso de paz ,donde el primero que te viene a saludar es un gato super sociable.En recepción José y su compañero fueron muy amables y nos dieron la mejor habitación ,todo es amabilidad y siempre dándonos la opción de quedarnos hasta el final del día y aprovechar al máximo este sitio con una mágica especial que te hipnotiza la montaña.El desayuno de 10,super variado y atentos siempre si necesitamos algo.La comida ,muy abundante y exquisita,desde una paella ,hasta un pamboli.El metre Carlos siempre asesorandonos para hacer más especial la comida,un buen rollo increíble con todo el personal.Jairo el camarero,no para de subir y bajar para traerte lo que necesites y siempre con una sonrisa increible.Tuvieron un detalle muy chulo en una bebida que se me rompió la copa de Sangría y nos invitaron a las dos copas. La piscina estaba súper limpia y mirando a la montaña ,hacia que no salieras de ahí.El spa muy bien también.Un diez en todo,lo recomiendo .Volveré.Mil gracias a todos por vuestra hospitalidad y buen trabajo