Usuario invitado
30 de marzo de 2024
Todo espectacular, está en medio de la sierra de Aracena, un lugar ideal para descansar, desconectar, jugar a juegos de mesa nl su precioso salón al calor de la chimenea, hacer rutas y visitar pueblos con encanto cercanos. A destacar la amabilidad de Cristina, Alec y Mari, son encantadores, siempre dispuestos a ayudar en lo que haga falta. Las habitaciones son muy grandes, espaciosas y limpísimas, muy bien aisladas de ruidos. La decoración exquisita, con un aire inglés sin perder lo autóctono de la zona. Las cenas de Alec son geniales, todo de excelente calidad, cantidad para nunca quedar con hambre y muy variada, siempre con ese toque ameno y cercano que le da a todo. Nos faltó por hacer "cenando canciones" el sábado, porque no justo partiamos hacia casa ese día, pero esperamos volver y escuchar a Óscar tocando el piano mientras cenamos. Podría contar más bondades, pero me quedaría corta, es mejor ir y comprobarlas por uno mismo, no os defraudará. Gracias por tanto familia!