Usuario invitado
31 de enero de 2023
Mi pareja y yo hemos reservado el hotel para pasar los primeros días del año y sin duda ha superado nuestras expectativas. Llegamos por la tarde y nos pilló el atardecer casi llegando a la casona, lo que ya nos dejó impactados con la magia de los colores con la puesta de sol en el Teide. Al llegar, nos recibieron amablemente y nos mostraron el hotel, con un trato muy cercano. Descansamos como niños y al día siguiente, el desayuno en la terraza entre naranjeros nos pareció espectacular. La variedad es increíble y la amabilidad de las chicas que lo sirven también. Además, las gallinas y gallos amenizaban la comida, dándole mucho encanto al lugar mientras desayunábamos al sol. La finca es preciosa, muy cuidada y no le falta detalle, en cada rincón hay un banquito en el que sentarse a contemplar el paisaje. Sin dudarlo volveremos y ya lo estamos recomendando. ¡Gracias por una experiencia increíble! No se nos ocurre una manera mejor de haber empezado este 2022